na páxina 160 da obra antes citada [Audre Lourde (2003) La hermana, la extranjera, Horas y Horas, Madrid] lese o seguinte:
quienes deciden recortar las ayudas para los enfermos terminales, para los ancianos, para los niños sin recursos, los subsidios para alimentos o para comidas escolares, son hombres con el estómago lleno que viven en casas confortables, tienen dos coches y gozan de innumerables beneficios fiscales. Ninguno de ellos se va con hambre a la cama noche tras noche. Hace poco se ha llegado a proponer que se contrate a ciudadanos mayores para trabajar en las centrales nucleares dado que, en cualquier caso, no les queda mucho tiempo de vida.
Maravillosa, "e non teño máis que dicir!"
quienes deciden recortar las ayudas para los enfermos terminales, para los ancianos, para los niños sin recursos, los subsidios para alimentos o para comidas escolares, son hombres con el estómago lleno que viven en casas confortables, tienen dos coches y gozan de innumerables beneficios fiscales. Ninguno de ellos se va con hambre a la cama noche tras noche. Hace poco se ha llegado a proponer que se contrate a ciudadanos mayores para trabajar en las centrales nucleares dado que, en cualquier caso, no les queda mucho tiempo de vida.
Maravillosa, "e non teño máis que dicir!"
1 comentário:
Se todos pensáramos coma ela, sería marabilloso, porque os tantos que pasan fame e sede de pan e xustiza, serían menos, e menos aínda, eses que viven e engordan a conta da dor e da miseria dos pobres e deserdados da terra.
Amara Orzania
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